PRÓLOGO
El primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que 184 Estados aprobaron en el año 2000 establece la prioridad de reducir a la mitad la pobreza extrema y el hambre para 2015.
Informes sucesivos sobre la consecución de los ODM muestran que algunos de los países más pobres han logrado mejoras considerables en los campos de la educación, la salud, el empleo y la participación ciudadana, todo lo cual tiende a reducir la pobreza extrema. No obstante, a pesar de un progreso cuantificable, las poblaciones y grupos más vulnerables y marginados – las mujeres, los niños y las niñas, las personas sin techo, desempleadas, con discapacidad, mayores, indígenas, migrantes y desplazadas – siguen quedando marginadas y ampliamente excluidas de estos logros.
A modo ilustrativo, el Informe sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2011 muestra que es la infancia más pobre la que ha progresado más lentamente en cuanto a mejorar su nutrición, y que las oportunidades de acceder a empleos plenos y productivos siguen siendo especialmente escasas para las mujeres. Este informe también subraya la poderosa influencia de las circunstancias sociales y económicas en las oportunidades de la vida; de entre los hijos de familias paupérrimas, aquellos que viven en áreas rurales y son chicas tienen una muy alta probabilidad de quedar sin escolarizar.
Estos resultados señalan la necesidad de reorientar las acciones que se están llevando a cabo para permitir que todas las personas, especialmente aquellas pobres y marginadas, se beneficien de las mejoras que se derivan de estas nuevas medidas. En este sentido, toda acción debería guiarse por la integración del principio de no discriminación en las estrategias de inclusión social, a fin de garantizar igualdad de oportunidades para todos y todas, independientemente de su origen.
La UNESCO está trabajando para fomentar la definición de políticas y estrategias comprometidas con la equidad y la justicia social que respeten y valoren la diversidad. Se están desarrollando proyectos y programas que integran los derechos humanos en las diferentes estrategias (enfoque HRBA), con vistas a construir sociedades menos excluyentes y más justas, y convirtiendo la “integración social” en la prioridad de la Organización para el próximo bienio (2012–2013). De hecho, la incorporación de los derechos humanos implica que todos los programas, políticas y ayudas técnicas deberán promover el cumplimiento de los derechos humanos tal y como se exponen en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en otros instrumentos de los Derechos Humanos. También implica que los principios y estándares de los derechos humanos deberán guiar el proceso de programación en todos los campos y todas las fases, incluidas las de diseño, implementación, verificación y evaluación de las políticas públicas.
El HRBA* ayuda a explicar el valor de los derechos humanos en el desarrollo y en los Procesos Nacionales de Programación a la hora de definir patrones no excluyentes en los que todos y todas se sientan valorados y tengan la oportunidad de participar plenamente en la vida de la sociedad.
La exclusión social tiene que ver con recursos, oportunidades y capacidades. Afecta a todo grupo que vive en condiciones de aislamiento y desconexión de la sociedad y los procesos de desarrollo. En este sentido, el reto es volver a conectar a estos grupos mediante acciones específicas que les permitan y motiven a convertirse en ciudadanos activos. La presente publicación “Empoderando a las Personas Pobres: mediante Litigios en Materia de Derechos Humanos” contempla abordar las disposiciones legales como un primer paso para generar el cambio social.
La discriminación por razones de pobreza impide con frecuencia el acceso precisamente a las herramientas que se necesitan para luchar contra esa condición. Es importante luchar contra las formas reconocidas de discriminación, entre las que se cuentan la raza, la etnia, la religión, el género y otras. Las personas pobres también suelen verse discriminadas por motivo de su situación socioeconómica. El reto es superar este obstáculo principal a su empoderamiento; de otra manera, aquellas personas atrapadas en la pobreza pueden caer en un círculo vicioso del que es muy difícil salir.
En la lucha por derrotar la pobreza, es importante no olvidar que todos los derechos humanos son universales e indivisibles. Esto quiere decir que los derechos políticos, civiles, económicos, sociales y culturales están interconectados y son igualmente importantes para su realización mutua. Los derechos económicos, sociales y culturales juegan un papel especialmente crucial en la lucha contra la pobreza.
Constituyen el primer paso para garantizar que se asegura el acceso de cada individuo a todos los derechos humanos a fin de lograr su universalidad. A este respecto, la adopción del Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en 2008 supuso un importante avance, ya que capacita a individuos o grupos de individuos para ser titulares de cualquiera de los derechos consagrados en este Pacto ante el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
La UNESCO apoya el conjunto de buenas prácticas que han aplicado organizaciones y Estados Miembros que han tomado la iniciativa en la promoción de la integración social para que sirvan de inspiración a otras partes implicadas. Además, la organización anima a la recogida de datos para evaluar e interpretar el impacto de políticas, leyes y normativas nacionales sobre las principales áreas políticas, como la participación activa de la juventud, las mujeres, las personas migrantes, indígenas y con discapacidad. La UNESCO está comprometida con la comprensión y el abordaje de los retos sociales y éticos emergentes de los grupos vulnerables que están excluidos de la sociedad y con la transformación de estos retos en oportunidades para la innovación social y ética.
La presente publicación “Empoderando a las Personas Pobres: mediante Litigios en Materia de Derechos Humanos” busca apoyar estos procesos. Es una herramienta pedagógica que se propone como guía tanto para organizaciones de base como para autoridades estatales en su labor para erradicar la pobreza. Este manual busca contribuir al desarrollo de las capacidades de dichos agentes responsables, para que cumplan con sus obligaciones, y de los titulares de derechos, para que reclamen los mismos. Es una herramienta desarrollada con el objetivo de apoyar iniciativas de ayuda y formación y acciones que compartan conocimientos, reduzcan la privación y preserven la dignidad humana con la intención de crear una cultura integradora de paz en la que todos y todas tengan la libertad de imaginar un mundo mejor y las herramientas para dar forma a la realidad en esa dirección.
Pilar Álvarez Laso
Subdirectora General
de Ciencias Sociales y Humanas
* [HRBA (A human rights-based approach), un enfoque basado en los derechos humanos, es un marco conceptual para el proceso de desarrollo humano que se basa normativamente en los derechos humanos internacionales. Nota del Editor.]
LEER EN LÍNEA | DESCARGAR